Mi audífono me ha devuelto la sonrisa.
Siempre he sido una persona extrovertida y sociable. Me ha gustado aprender y disfrutar de una de mis grandes pasiones: el encaje de bolillos. Esta actividad trajo a mi vida la oportunidad de relacionarme con multitud de personas. Eso me hacía feliz hasta que poco a poco, fui descubriendo que mis conversaciones no eran fluidas debido a mi dificultad auditiva.
No entendía bien lo que me decían y me avergonzaba cuando les tenía que pedir que repitieran de nuevo lo mismo constantemente. Como no estaba dispuesta a perder mi agradable vida social, tomé la acertada decisión de dejarme asesorar por los profesionales de Audiotek. Gracias a la adaptación de mi audífono, vuelvo a participar activamente en las charlas con mis amigas y he conseguido recuperar la seguridad personal perdida. Ahora puedo acudir a reuniones y fiestas populares sin miedo a quedarme aislada.