Cómo te cambia la vida para bien un audífono

Según los estudios más recientes, en nuestro país, el 49% de la población de entre 45 y 65 años padece algún tipo de problema auditivo, aunque tan solo un 4% llega a preocuparse y toma medidas para remediarlo. Pero aunque esa es la franja de edad de mayor riesgo para los problemas de audición, la hipoacusia puede presentarse en cualquier momento de nuestra vida. El problema real de fondo es la laxitud con el que solemos enfrentar esta situación.

El primer hándicap con el que nos encontramos es la manera con la que evoluciona la pérdida auditiva. Al tratarse de un proceso lento y progresivo, a menudo es difícil apercibirse de la realidad del problema. Pero, por otro lado, cuando llegamos a ser realmente conscientes, aún solemos mostrarnos reticentes a enfrentarnos con el problema y buscarle una solución. Los motivos son sencillos: desconocemos cómo ha evolucionado la tecnología de los audífonos, aún tenemos la imagen arcaica de esos viejos dispositivos anticuados colgados de la oreja y, por otro lado, todavía estigmatizamos la figura del audífono, asociándola a la senectud.

Pero lo cierto es que, en la actualidad, las nuevas tecnologías nos proporcionan unas soluciones auditivas que pasan totalmente desapercibidas, que se pueden integrar con nuestro teléfono móvil o que se pueden conectar directamente con la televisión o los equipos de sonido y, en realidad, no somos totalmente conscientes de todas las ventajas que supondría el uso de un audífono.

Cómo cambia tu vida con un audífono

En primer lugar,  hay que ser realista, ningún audífono conseguirá restablecer el nivel de audición que teníamos antes de la pérdida. Tampoco eliminará totalmente el ruido de fondo, aunque los últimos avances tecnológicos han reducido en gran medida este problema. Lo que sí conseguirás con un audífono es mejorar sensiblemente tu audición y, por lo tanto, podrás oír y entender las conversaciones con mucha más facilidad.

Ya no tendrás que pedir que te repitan las cosas, no tendrás que esforzarte en escuchar a los demás, ni te sentirás abrumado cuando hablen muchos a la vez, y serás capaz de entender y escuchar mejor las conversaciones cuando haya ruido de fondo. Por lo tanto, te sentirás mucho más cómodo (y menos avergonzado) en situaciones sociales. Además, incluso tu propia voz te volverá a parecer más natural. De hecho, el habla en general te parecerá más natural. También apreciarás mucho mejor la música y el sonido ambiente (el campo, el mar, los pájaros, etc.).

Tu pérdida auditiva ya no será tan evidente para los demás, sobre todo, teniendo en cuenta las mejoras en el tamaño de los audífonos que pueden llegar a ser totalmente inapreciables.

Además, en general, te ayudarán a sentirte mejor contigo mismo y a vivir más relajado. La mayor parte de usuarios de audífonos afirman sentirse más tranquilos cuando los utilizan ya que tienden a sentir menos frustración o miedo de no oír cuando se les habla.

Si tus necesidades, tus aficiones o tu día a día exigen prestaciones que escapan de las habituales a las soluciones auditivas estándar, existen toda una gama de accesorios que las complementan para responder a esas necesidades específicas: una mejor integración con tu teléfono móvil vía app, mandos a distancia para una mayor autonomía, dispositivos para mejorar la comunicación en reuniones, etc.

Un audífono no curará tu pérdida auditiva pero te ayudará a escuchar y a comunicarte mejor con los que te rodean, además de prevenir una caída brusca en tu audición, gracias a la continua estimulación del nervio auditivo. Un audífono te permite recuperar esos pequeños placeres y vivir las experiencias auditivas del día a día que habías ido perdiendo progresivamente.

Cómo saber si necesito audífonos

Es fácil detectar algunos de los primeros síntomas de una posible pérdida de audición. Cuando parece que los demás hablan entre dientes, cuando tenemos problemas para oír la televisión y cada vez  subimos más el volumen, cuando nos cuesta conversar en entornos ruidosos, cuando nos cuesta escuchar el teléfono o el timbre de la puerta, cuando constantemente necesitamos que las personas nos repitan lo que han dicho, cuando no oímos el trino de los pájaros o el correr del agua… Todos ello,  son indicios de que podemos padecer una pérdida auditiva. Es el momento de consultar con el médico.

Nuestro médico nos puede derivar a un otorrinolaringólogo o a un audiólogo. El otorrinolaringólogo es el médico especializado en los trastornos de oído, nariz y garganta e investigará cuál es la causa de nuestra pérdida de audición. El audiólogo es el profesional de la salud auditiva y evaluará nuestro caso para identificar qué tipo de pérdida de audición tenemos y qué tan grave puede llegar a ser.

 

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